Bienvenid@s a mi blog, donde narro mis viajes en autocaravana a lo largo y ancho de Europa


domingo, 17 de abril de 2016

FRANCIA, TIERRA AMIGA

¡ Holaaaa !!!!
Ya estoy otra vez aquí. Otro año, otra ruta. Esta vez cruzando Francia y Alemania para visitar Escandinavia, y como objetivo de llegar al Cabo Norte. Con la autocaravana no se puede llegar más arriba, ya está bien.

Pero vamos a ir despacito, paso a paso. La primera etapa ha sido atravesar Francia, donde se han ido 15 días de largas jornadas al volante, pero donde también ha cabido tiempo de asomarme a ciudades y pueblos, y ver que se cuece por estas tierras.

La salida desde Hospitalet estaba prevista para el viernes 1 de abril, pero tuvo que retrasarse 3 días. Había partido el sábado: BARÇA – MADRID, Y era de obligado cumplimiento verlo. Pero no había bastante con verlo, también había que tomarse unas cervezas, luego comer, unos cafés, unas copas y más cervezas.



Unas cosas traen otras, y la cosa se va liando y liando y al final acabas a la 1 de la madrugada casi sin recordar el resultado del partido, aunque quizás sea mejor así. De lo que si me acordaré durante mucho tiempo será de la resaca que me acompañó todo el domingo. Tirado en el sofá, con el mando de la tele en la mano pasando canales y canales sin sentido, donde un simple pestañeo esa un suplicio. Después de comer y de una reparadora sienta, decidí arrancar. Eran las 6 de la tarde. Cualquier hora era buena para cambiar la monotonía de un domingo que se estaba poniendo cuesta arriba. Daba lo mismo si eran 50 como 500 los kilómetros que hiciese. Había que arrancar.
La noche me alcanzó en La Junquera, y allí mismo decidir tirar del freno de mano. Cualquier rincón me valía para cenar y dormir. Igual que los miles de camiones que allí se amontonaban, ocupando hasta los arcenes.
Por lo menos dormiría solo.

A la mañana siguiente las cosas se veían más claras. Visita al Castillo de Salses, ese que siempre se ve desde la autopista cuando se pasa la frontera. Cansado de verlo tantas veces desde lo lejos me fui para allá.
Guapo, guapo, impresionante. Construido por Fernando el Católico, es mas una fortaleza que un castillo al uso.


Después de esto la jornada se hizo interminable y no fuí capaz de llegar a Lyon. Viajar por la carretera es otro ritmo, y una vez caída la noche un pueblo sin nombre me sirvió aparcar y pasar la segunda noche. Y si la primera noche había sido algo ruidosa, esta lo fue peor. Al ruido de la carretera se le sumaba el de los trenes pasando a escasos 20 metros de mi almohada toda la noche. No me había percatado, y así no vamos bien.

Y al tercer día se hizo la luz. Lyon aparecía primero en los carteles, luego en forma de atascos y finalmente en los edificios y el inseparable río que acompaña a toda ciudad francesa que se precie. Y Lyon no tiene bastante con uno que tiene dos, y cruzan por el centro de la ciudad. Yo conseguí aparcar junto al Ródano, con acceso directo a su paseo fluvial desde la puerta, pero por las ventanas tenía una avenida de tres carriles. Y cada vez que pasaba el autobús su estela hacía que parecíese que estar en una barca en lugar de en una autocaravana. En una ciudad grande tampoco se puede elegir mucho y bueno si se quiere estar aparcado en el centro.


Es una ciudad que bien podría ser una mezcla entre Burdeos y Budapest, o algo parecido, y con de todo
                                                   Su iglesia sobre la colina de Fourviere



                                                    sus agradables paseos a la vera del río



donde el pueblo tiene su punto de encuentro para pasar la tarde tomando el sol (cuando sale), haciendo algo de botellón (los bares están muy caros por aquí), un poquito de deporte o cualquier otra cosa imaginable.



Para los más forofos aquí está el campo de fútbol del Olimpic de Lyon, construido en 1919. Me parece que le están construyendo uno nuevo.


Después de tanto cemento, asfalto y coches, un poquito de verde me apetecía. Le tenía el ojo puesto a una ruta de 4 horas por la montaña, pero al final se quedó en un paseo de 500 metros. Menos mal que la cascada es bonita.


A pesar de tanto de sufrir y sufrir poco a poco me iba haciendo a la idea de donde estaba y a donde iba. Nada que ver con mis escapadas a Castellón, Murcia o Almería. Donde primero te das cuenta es cuando pones la radio. No está el Herrera ni la Nierga por las mañanas, tampoco la Otero o el Francino por la tarde. Solo por las noches la frecuencia media, la AM, aparece poco a poco y se va dejando sintonizar: RNE y con suerte la Ser. Al menos pillo el fútbol y los noticiarios deportivos.

El siguiente objetivo era un complejo para la producción de sal de 1776. Diseñado por un iluminado de la Ilustración francesa, hacía llegar la salmuera desde 20 kms por una tubería, para procesarla y convertirla en sal.


Y por fín un aparcamiento decente, es la ciudad de Besançon, donde los más remarcable es su gran ciudadela encaramada en un peñasco, con un meandro del eterno río de turno rodeando todo el casco antiguo:


                                                    con unas vistas de competición



y algo de historia, como los postes donde fusilaron a 100 miembros de la resistencia en la 2ª Guerra Mundial



y para hacerle más agradable la visita a los niños, han montado un jardín zoológico dentro de las murallas, con la versión del príncipe azul antes de que le dieran el beso



y  “una canguro” sospechosa tomando el sol, aunque a mi me parece que le falta una barra de bar y una birra,



también hay espacio para  frikis, que se reproducen en cualquier lado y decoran su casa como mejor les viene



Entrando en la región de Alsacia uno se da cuenta de que algo está cambiando. La arquitectura, los nombres de los pueblos, los pelicos rubios,.... Región  disputada por alemanes y franceses desde no se sabe, y solo en el s. XX cambió 4 veces de nacionalidad. Y el vino blanco se les da muy bien y en abundancia.
Los pueblos son turísticos, con casas de estructura de madera vista y fachadas  en llamativos colores pastel




                    y que no falte el río, más grande o más pequeño, en versión canal o al natural




Y la lista de pueblos apetecibles no se acaba, todos con el mismo patrón pero todos diferentes: Kayserberg, Obernai, Hunspach, Wissembourg. Todos apuntando a un origen más alemán que francés.
Y entre todo este lio de pueblos de nombre impronunciable y más difícil memorizable, aparece la Línea Maginot, una red de fortificaciones militares cuyo máximo exponente es el Fuerte Schoenenbourg


una obra de ingeniería enterrada a 30 m de profundidad con 3 kilómetros de longitud, con capacidad mantener enterrados a más de 600 soldados durante 3 meses, con la única dedicación de pegar cañonazos al enemigo.



Nunca fueron conquistados por los nazis, y sus propios mandos les tuvieron que pedir por favor que salieran. Hacía una semana que Francia se había rendido, y ellos dale que te pego a cañoncito.

Para finalizar una casa diferente, donde no me gustaría dormir en la buardilla, ni debajo, ni en el otro...



Y esto es todo lo que han dado  estos 15 días por una tierra, que a pesar de ser francesa es muy agradecida para los que viajamos en autocaravana. Todo son facilidades y buen rollito. Ahora me queda lidiar con lo desconocido, con los alemanes. Vamos a verlo, porque de entenderlo vamos muy muy mal. ¿ spik inglisss?


                                                                                           Saludos desde Karlsruhe, a 17 de abril de 2016