NORMANDÍA
Estos
últimos 15 días de junio han sido toda una espectacular experiencia. Poder compartir esta aventura, este viaje,
con alguien importante y querido es grande, hacerlo con la costilla no tiene
nombre (o al menos ahora no se lo encuentro).
Atrás queda Normandía. Región famosa por la 2ª
Guerra Mundial y su Desembarco del Día D.
Atrás quedan
las celebraciones y fiestas de conmemoración del Desembarco, que rememoran la Liberación de Europa. Fiestas
prolongadas durante un día, una semana o un mes, simple paréntesis en la vida cotidiana. Pero
la liberación tuvo peaje y la guerra cobró su comisión. Ambas dejaron
una huella imborrable, inolvidable e impresionante en cementerios militares
alemanes, ingleses o americanos
Por suerte,
algunos de los estragos que provoca la
guerra, son reemplazables con el tiempo
Y todo
vuelve a la normalidad, la vida continua y todos intentamos vivir felices y con la
barriga llena
Pueblos y
ciudades vuelven a su estado ordinario de paz y relajante tranquilidad. Pero
pronto llegará el verano para joder tan bonita postal y llenarlo todo de
veraneantes en chanclas y quemados por el sol. Será en caso de Sainte Mere-Eglise, Arromanches y muchos otros pueblos de
la costa del departamento de Calvados, donde se produce buena sidra y excelente
licor. Sobre el marisco está todo visto.
Pero es
imposible viajar por la costa de Normandía y no encontrar restos de la Guerra,
Monumentos en honor de héroes y caídos, y Museos y Memoriales que recogen recuerdos y
restos del conflicto, dando fe de
todo lo acontecido.
Pero entre
esta historia de gratitud, memoria y decencia, siempre se cuela la posibilidad de
negocio y la explotación turística. Y no encontrarás pueblo sin museo (entre 6
y 19 €) ni playa sin monumento, con su
chiringuito y su tienda de souvenirs
siempre cerca.
Ya es
momento de pasar página, y aparcar la Guerra, ya que el territorio da bastante
más de sí.
Granville: importante puerto
y antiguo destino costero, famoso por sus balnearios de principio de siglo.
Coutances: sede del arzobispado y adornada por
tres espléndidas inglesias. Todas ellas salvadas de los tremendos bombardeos
aliados. Si las hubiesen destruido la ciudad no merecería visita alguna.
Barfleur: en el extremo noroccidental, su
faro es un referente en el Canal de la Mancha, y la imaginación nos hace ver a
la Armada Invencible y la inalcanzable
costa inglesa
Arromanches: tranquilo pueblo marinero, de espectacular playa flanqueada por
acantilados
Bayeaux: el núcleo más importante de la
franja costera de Calvados. Tiene su museo del Desembarco y su cementerio
militar; su catedral y su museo histórico-artístico; pero también tiene espacio
para el recuerdo en el Memorial a los
Periodistas (creado por Periodistas Sin Fronteras)
Y lugar e imaginación para la cultura y el
espectáculo, como por ejemplo “El Árbol
de la Libertad”
Aquí se
construyó la primera circunvalación europea en 1944. Lo que viene siendo la
Ronda o la M-30. Fue construida por el ejército inglés para evitar el combate en el interior de la
ciudad, y avanzar más rápido hacia Alemania. Finalmente Bayeux fue conquistada
totalmente intacta.
Caen: capital de la región, con 110.000
habitantes, me vuelve a recordar que todavía existen las ciudades: tráfico,
atascos y semáforos; mendigos, chorizos
y borrachos; tiendas, rebajas de verano y las de siempre como pollo sin cabeza
y las manos llenas de bolsas.
El vaso
medio lleno es de cerveza, y está en los bares y terrazas, con una variada y
joven fauna, posiblemente fomentada por
las varias universidades de la ciudad. Y si tengo una bonita inglesia o un
recio castillo para visitar, todos los males quedan en segundo plano
.
Para cerrar
el círculo, una tercera visita a Saint-Michel,que no será la última. A pesar de
pertenecer a la Bretaña, yo pondría una copia en cada región. No me canso de verla, siempre en continuo
cambio, Ahora con sol (difícilmente), ahora con caprichosas nubes que corren
por el cielo sin impedimentos, luego un gris plomizo capaz de desanimar al más
optimista. Y si bajas la vista al suelo veras el movimiento perpetuo de las
mareas (todo un cachondeo), llevado a su máxima expresión con el fenómeno de
“el macareo”. En este caso las aguas atlánticas penetran en la bahía a una velocidad
tal que crean una ola de un metro que los más valientes del lugar se atreven a
surfear y navegar. La ola recorre la
toda la bahía ininterrumpidamente, y trae consigo a todo el océano, en un ensordecedor rugido, que
llena la bahía de agua en unos minutos.
El video es
mucho más directo y explicativo que mis torpes palabras, pero mi ignorancia
llega a no poder colgar videos. Vosotros
seguro que los encontráis navegando las olas de internet. No os defraudará.
Ahora me
encuentro en tierras bretonas, en busca de Asterix y Obelix y de un buen asado
de jabalí. La aventura continúa, de nuevo solo ante la ruta, en busca de esos
trocitos de realidad capaces de hacer feliz a cualquiera.
Para despedir la conexión, una palabras de unos clásicos muy listos, que me
parecen muy apropiadas en este momento
“Aprovecha El momento, no confíes en el mañana”
– “Carpe diem quam minimum credula postero”
HORACIO
“Un hombre que no arriesga nada por sus ideas,
o no valen nada sus ideas, o no vale
nada el hombre” PLATÓN
Saludos, besos y abrazos desde la Francia Libre a mis
amigos, a los que siempre tengo presente