Bienvenid@s a mi blog, donde narro mis viajes en autocaravana a lo largo y ancho de Europa


viernes, 10 de junio de 2016

TRANSICIÓN

Abandono el Rhin, silencioso y fiel compañero de viaje durante varias semanas, y digo adiós a la alegre Colonia y a su millón de habitantes. Tras la intensidad y el bullicio de la ciudad, cambio el decorado visitando el mayor complejo industrial del carbón del mundo, Minas Zollverein, cerrado en los 80, transformado en centro cultural y turístico, y declarado Patrimonio de la Humanidad.


Tras esta breve parada, toca buscar el descanso y la paz en un lugar apartado llamado Externsteine. Este lugar durante muchos siglos ha sido un lugar mágico, mitológico y de culto para los alemanes. Pero intentando llegar, lo que ha llegado a sido la desgracia

¡ clonk ! , ¡¡ crashhh !! , ¡¡¡noooo, mierda!!!

Pues si. Todo no van a ser alegrías, fiestas y cachondeo. He sufrido un pequeño accidente en una maniobra de cambio de sentido. Se me ha enganchado la parte trasera de la autocaravana con la verja de hierro de una casa. Solo se le ha rayado la pintura, pero yo he partido la pared trasera y se ha arrancado de la moldura de la esquina. Lo que viene siendo un destrozo.
Hasta la verjas las hacen a conciencia en Alemania, para que aguanten toda la vida. Y yo he tenido que apañarme con la mágica cinta americana que lo “repara” todo, con un poco de silicona para sellarlo todo y varios trozos de cinta metálica perforada con unos tornillos para sujetar los trozos del guardabarros. Una obra de ingeniería tercermundista que me permite seguir camino sin más.

Una vez ahogadas las penas, visito este lugar que tanto me ha hecho sudar, pero lo único que encuentro es un flujo incesante de autocares, motoristas, autocaravanas y otros vehículos. No le en- cuentro la magia, las piedras no me susurran. Solo es un simple peñasco con una cueva, donde unos curas montaron una escenita y mira como ha acabado.


Sigo la ruta saltando de ciudad en ciudad, cambiamos de nombres pero no de escenarios. Otras ciudades con otros ríos. Es el momento de la Liga Hanseatica, que no es una competición deportiva, sino una asociación comercial y política creada en la Edad Media entre las ciudades independientes de Bremen, Hamburgo y Lübeck. Actualmente Bremen y Hamburgo siguen siendo ciudades-estado independientes, con parlamento y senado, y sus gigantescos puertos que les dan poder económico.

Bremen, fundada por Carlomagno y con medio millón de habitantes, es la hermana pequeña de Colonia. Se libro de la mayoría de los bombardeos en la 2ª Guerra Mundial, por lo que conserva bastante bien sus monumentos, todos muy concentraditos alrededor del Markt, la Plaza del Mercado, la plaza principal de la ciudad. A su alrededor se puede contemplar el Ayuntamiento y la Estatua de Rolando, catalogados como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, pero también la catedral, el parlamento, otra iglesia y varios antiguos edificios que crean una bonita postal



Bremen se asocia al río Weser, que desemboca 60 kms al norte, donde está el 2º puerto del país.


Pero la ciudad también va asociada al cuento de los hermanos Grimm y a sus músicos protagonistas


Y si quereis pasear lejos del ajetreo turístico del centro, lo podeis hacer por este gran cementerio donde nadie os molestará. Fue convertido en parque en el s.XIX creando tendencia en su época.


Pero si lo que os apetece es viajar y os gustan las manualidades, en la página web de Bricomania hay unos sencillos briconsejos que os permitirán construir, en un fin de semana, la autocaravana de vuestros sueños. Y los sueños de este manitas eran grandes, muy grandes.


Hamburgo y sus 1,6 millones de habitantes son palabras mayores para mi. Es la primera gran ciudad a la que me enfrento. Y la consecuencia han sido 2,30h dando vueltas, 35 kms buscando un aparcamiento apropiado donde no me robaran 20 €/día por aparcar debajo de un puente, hacinado con mis semejantes, cual lata de anchoas. Finalmente he encontrado “mi sitio” en el descampado de unas obras, la mar de tranquilo, parecía el vigilante. Y muy cerquita del centro, al que podía llegar caminando.
El puerto de Hamburgo es el mayor del país y uno de los más grandes de Europa, ocupando mayor superficie que la zona urbana. Un bosque de grúas se extiende por brazos y canales del río Elba.


Es tal su influencia que incluso utilizan contenedores de transporte para la promoción de la ciudad.


Tantos canales y puentes tiene Hamburgo, que la llaman la “Venecia del Norte”, otra más a la lista. Los hay por todo el centro, pero los más espectaculares son los que bañan a los antiguos almacenes del puerto, que destacan por sus dimensiones y sus rojos ladrillos. Hoy son museos y oficinas.






Para visitar el puerto y sus canales, lo más cómodo es en barco. No faltan ofertas de barcos, barcas, lanchas o cualquier cosa flotante para realizar un tour , pero la demanda y el hacinamiento borregil llega a extremos como


Yo me decanto más por este otro modelo de transporte más discreto, con el que puedes pasar inadvertido, y si es necesario hacerte un hueco allá donde fueres.


Pero si no te gusta el agua siempre puedes ir andando a los sitios, incluso bajo los 12 m del río Elba a través de este antiguo túnel, ahora solo peatonal. Cuando lo crucé me recordó a la película “Pánico en el túnel”, de Sivester Stallone, que tan buenos ratos le ha hecho pasar a mi amigo Luilli.


Otros los lugares a visitar pueden ser el Ayuntamiento, un pedazo de edificio por dentro y por fuera


o bien el Kunsthalle, el Museo de Arte, donde a parte de cuadros de primera, también hay otros....


Lübeck es la última parada de esta trilogía. Pequeña ciudad bañada por el río Trave, que rodea por completo su centro histórico, también Patrimonio de la Humanidad. Lo primero que llama la atención al llegar son media docena de largas agujas verdes que despuntan en la silueta de la ciudad



Una fiesta de iglesias y catedrales con sus campanarios y tejados forrados de latón, esperan a los visitantes más devotos. Para los más ateos queda el resto de la ciudad, un tesoro. Solo hay que pasear por sus calles y contemplar sus construcciones



Las fachadas de las viviendas siguen un mismo patrón, pero no encontrarás dos iguales, creando una colección inacabable de diseños únicos.


El mar Báltico se encuentra solo a 20 km. En verano varios pueblos son el destino turístico de los alemanes que no van a Mallorca, aunque me parece que no debe ser lo mismo


La última parada en Alemania es en la isla de Fehmarn, donde cogeré el ferry hasta Dinamarca.
Siguiendo un buen consejo he pasado aquí un par de días, cerrando el capítulo alemán de esta historia, y paseando por una isla llena de campings y playas, pájaros y ovejas, campos verdes y generadores eólicos.

También pude escuchar la retransmisión de la final de Champions Ligue, estrujando los últimos Mb de la tarjeta del modem y sintonizando las últimas ondas de la radio en español. Lástima que me quedé dormido en la segunda parte de la prorroga y me desperté cuando ya le estaban entregando la copa a Messi.



Esta aproximación a Escandinavia se salda con 52 días de travesía, un par de zapatos destrozados, 400 kms en bici y 4000 kms de ruta (aunque desde Madrid, sin escalas y por la autopista son 2500). El Valle del Rhin y Colonia han sido los mejores destinos, y la conclusión es que pueden ir por autopista (gratuita) hasta a comprar el pan, con una salida expresa para poder tirar la basura. Eso sí, montados en sus potentes y espectaculares cochazos, cuanto más ruidosos mejor. Pura hormona.

En esta zona ya comienza a notarse el efecto de la latitud, y el sol se está convirtiendo en casi una constante. A las 5 de la mañana ya es de día, y así hasta las 23h. Una excusa muy buena para aprovechar el día, y estar en la cama solo el tiempo que te pida el cuerpo, que en mi caso coincide bastante con las horas de oscuridad.

Y aunque solo fue un dulce sueño, hubiese sido una bonita forma de despertarse, mucho mejor que el panorama que me encontré.

PD: en la estación del ferry y en el pueblo principal de la isla existen supermercados donde el producto estrella es el alcohol. Los nórdicos cargan autocares, remolques y furgonetas todo tipo de bebidas con las que marearse. Y no se cortan, todo lo compran por cajas, todo. Parece que la cosita está muy mal por ahi arriba. Yo espero que mis provisiones, algunas con los 4000 kms encima, sean suficientes, porque sino puede ser un drama. Si aquí y ahora, un Don Simón vale 24 €, más arriba no quiero imaginarlo.

Y si ya tenía dominado el alemán, y sabía decir hola y gracias, ahora me va a tocar lidiar con el danés y luego con el catálogo de Ikea. Menos mal que no soy de muchas palabras.


Tras una corta travesía en ferry, aunque con la sorpresa de que son capaces de meter en la bodega incluso un tren , ya estoy en DINAMARCA. Dicen que pertenece a Escandinavia, aunque a mi me parece más un territorio de transición entre la masa continental europea y un apéndice allá en el norte, donde viven los descendientes de los míticos vikingos.
Y a pesar de que en en la baja Edad Media no había autopistas ni briconsejos para construirse ni una bicicleta, los curas cristianos también llegaron hasta estas tierras. Supongo que habría algún cura al que también le gustaba viajar, aunque pensándolo bien no había iglesias, ni museos ni castillos para visitar. Solo se movían por una creencia que les metía el miedo a los vikinguillos más mindundis, que ni tenían cuernos en el casco, a través de historias y dibujos infernales.



Y poco a poco fueron engañando a mis valientes vikingos de largas melenas y abundantes tatuajes hasta convertirlos en los tranquilos ciudadanos de hoy, con su medio ambiente y sus bicis


aunque lo de los tatuajes no lo han dejado, y allí donde mires veras un tatuaje o completo álbum.

La primera vista ha sido a la Isla de Mon, una de las 400 que hay en Dinamarca. Todo muy plano y muy verde, hasta que llegas a la punta mas lejana de la isla, donde no se que sedimentos se elevaron cuando un vikingo cogió el hielo que había para hacerse un cubata. Y se elevaron tanto que acabaron siendo colinas de más de 100 metros, que con el paso de los milenios y el batir de millones de olas han acabado en unos asombrosos acantilados blanquecinos que deja esta imagen



Y para seguir empapándome de una de las culturas más atractivas que existen y que podeis comprobar en la serie “Vikingos”, me he acercado hasta Roskilde, donde existe un Museo de Barcos Vikingos. Pero 20 € es demasiado caro para mi presupuesto, por lo que metiendo un poco la barriga y estirando un poco el cuello he podido ver desde el hall la mitad de los barcos expuestos, que no dejan de ser cuatro maderas podridas sacadas del fondo del mar y apuntaladas en una estructura de acero. Las recreaciones, las que flotan, están al aire libre


La ciudad tiene otro atractivo turístico de primer orden a nivel nacional. Es su catedral, que sirve de mausoleo a los reyes de Dinamarca. A todos, pues hay más de 40 enterrados en ella. Pero lo de enterrados es solo una metáfora, pues los ataúdes y sarcófagos están repartidos por la catedral.



Y alguno ya apuntaba en el buen camino del heavy, que tantos seguidores tiene por estas tierras.


Aquí he confirmado lo cara que está la comida, pues un kilo de salmón está a 35 € y el frankfurt más sencillo a 3,5 €. Por eso la imagen más habitual al mediodía, lleves chándal o corbata, es ésta,


Y aunque el idioma es imposible ni siquiera de deducir, siempre habrá algo conocido y de confianza que poder llevarte a la boca


Pasados los días, habiéndole pillado un poco el pulso al país y sabiendo decir buenos días -goddag- y gracias -tak -, ya me voy más tranquilo para Copenhague, donde hay una chavalita que está hasta el moño de que le metan mano, aunque así ya no le crecerán nunca más pelos en las piernas


Copenhague es una gran ciudad de 1,3 millones de habitantes, muy turística, y si el sol acompaña animada y colorida como la que más, con una diversidad de oferta cultural apabullante. La parte de ocio y fiesta la reservo para cuando vuelva acompañado. Solo me apetece salir de fiesta en España, donde me puedo defender entendiendo hasta la jerga más profunda y no me sacan los ojos por ¼ de torta.
La ciudad crece a lo ancho, y como viene siendo habitual está llena de canales, solo que aquí son de agua salada


que está tan limpia que la gente se baña con toda tranquilidad en el gran canal que atraviesa la ciudad, donde el ayuntamiento tiene instaladas un par de piscinas, largas pasarelas de madera a modo de playa para tumbarse al sol y amplias parcelas de césped para poder disfrutar tanto de una simple cerveza y una bolsa de patatas fritas, como de una auténtica fiesta “Pureta” con barbacoa portátil a gas y cerveza por barriles. Todo está permitido.
Pero no van a se perfectos, y la crítica de hoy es la siguiente. No hay containers de basura por la calle. Yo no se donde la tiraran, pero yo las paso putas para poder tirar la mía. Y si alguno veo, suele estar cerrado con candado.

La oferta turística es tan variada que puedes encontrar un parque de atracciones de 160 años de antigüedad en el mismo centro, con montaña rusa, martillo y un vertiginoso tiovivo para valientes


Hay otro parque de atracciones más alternativo, el de los porros, los bares y algún artesano. Es Christiania, que cuentan que ya no es lo que era, pero no se en qué sentido, ya que surgió con el gran boom hippy. Está prohibido hacer fotos en todo el barrio.

También hay infinidad de museos, grandes y pequeños, nacionales y alternativos, muy caros o gratis. Yo me he decantado por este último grupo, que también tienen su faena y su atractivo. Un ejemplo es el Museo del Arsenal Real del Dinamarca


donde son tan “transparentes” que se atreven a exponer uno de sus vehículos militares, destrozado por una mina en la guerra de Afganistan, y el vídeo de uno de los tripulantes que acabó amputado.


Pero el mejor museo que he visitado, y puede que el mejor en su estilo que halla visto jamás es el
Museo de Historia de Dinamarca, un museo 5*****, tanto por extensión como por contenido, donde se pueden encontrar cosas tan extrañas como los antepasados de la Reina Amidala


o este monje que ya apuntaba maneras de los que sería en el futuro el barrio de Christianía.


Y la oferta continua, pasando por el prestigioso restaurante Noma, reconocido varias veces como el mejor del mundo, y situado en un antiguo edificio de almacenes del puerto. Y sin olvidar los clásicos palacios y castillos, que aquí son multitud.



Pero el lugar más auténtico y fotogénico de la ciudad es Nyhavn, donde se mezclan turistas y locales desparramados en terrazas, comiendo y bebiendo entre antiguas casas multicolor y auténticos veleros


Cumplidos los trámites en Copenhague me voy a relajarme a las playas de Hornbaek, pasando antes por Helsingor, donde está el castillo Kronborg, que en otras épocas vigilaba el estrecho de Oresund.


El sábado cruzaré el estrecho para llegar a Suecia. Pero no lo haré en los ferrys que zarpan desde aquí y que en 25 minutos de dejan en Suecia. Lo haré cruzando el gran puente de Oresund, desde Copenhague.


Viernes, 10 de junio de 2016
Ayer estuve de celebración. Nos hacemos mayores, y ya no somos tan atrevidos. Todo el día en la playa y no conseguí juntar el valor suficiente para bañarme. Ese airecito fresco permanente que sopla por aquí hizo que desistiera de cumplir mi deseo. Por lo demás, un cumpleaños feliz.


Acabando estoy por Dinamarca la ruta en su parte primera. Casi dos semanas y sigo sin pasar del “buenos días” y las “gracias”.
Durante estos días he podido observar centenares de banderas nacionales, oficiales y particulares, ondeando al viento, que dificilmente deja de soplar. Son muchas banderas, puede que que reflejo de un sentimiento nacionalista, que en algunos casos ha degenerado en ideas xenofobas recogidas por un partido que alcanzó el 15% de los votos en 2009, quedando el tercero. Ojito.


Y yo ?, pues sigo con lo mio, intentando salvar un presupuesto que ya está disparado, aunque tengo que amortizar toda la comida y el material comprado en España y Alemania (antes de entrar en los países nórdicos) para todo el viaje. Un viaje que aun será largo, y en el que de vez en cuando acabo hablándole al volante, al ordenador o a la cámara de fotos, que son mis compañeros inseparables de viaje, en los que confío plenamente y a los que ruego no me fallen en tan importante travesía.


PD: espero que hallais/hayais disfrutado de esta nueva entrada, que me ha quedado un poco larga. Pero es que voy algo mas rápido que otras veces, y hay mas cosas que contar. Casi no doy a basto, aunque me divierten estos ejercicios de redacción, que sirven para ejercitar mi maltrecha memoria.